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Volumen 7, número 5
Abr / May 2013 . vol. 7 / núm. 5

Diagnóstico definitivo de la enfermedad vascular hepática

Cuando usted tiene un paciente con alguna anormalidad vascular hepática, ¿la confirma? Aún cuando solicite interconsulta, asegúrese de mantenerse al corriente con lo más reciente en imágenes vasculares, con el fin de aumentar la comunicación con el cliente y participar en el tratamiento.

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ARTÍCULO ARBITRADO

Cuando usted tiene un paciente con alguna anormalidad vascular hepática, ¿la confirma? Aún cuando solicite interconsulta, asegúrese de mantenerse al corriente con lo más reciente en imágenes vasculares, con el fin de aumentar la comunicación con el cliente y participar en el tratamiento.



Valerie L. Case, DVM, DACVIM, Brian C. Norman, DVM, DACVIM, Jason Francis, DVM, DACVR

La enfermedad vascular hepática comprende a un grupo de anomalías que resultan en flujo sanguíneo anormal, dentro o fuera del hígado. Las anomalías más comunes son las congénitas y las derivaciones portosistémicas adquiridas, que forman conexiones únicas o múltiples entre la vasculatura portal y la circulación sistémica. Los hallazgos clinicopatológicos pueden ser similares entre las distintas enfermedades vasculares y puede haber más de una anomalía en el mismo paciente.

Las imágenes vasculares son el único método para diagnosticar en definitiva la enfermedad vascular hepática. Resulta imperativo un diagnóstico definitivo en pacientes con sospecha de enfermedad vascular hepática, de modo que pueda establecerse el tratamiento adecuado.

CLASIFICACIÓN DE LA ENFERMEDAD
El consenso del World Small Animal Veterinary Association Liver Standardization Group divide a las anomalías vasculares prehepáticas en tres categorías generales1:

1. Derivaciones portosistémicas extrahepáticas e intrahepáticas congénitas.
2. Hipoplasia primaria de la vena porta, que puede resultar, o no, en hipertensión portal.
3. Trastornos del flujo de salida.2

Gran parte de las derivaciones portosistémicas extrahepáticas e intrahepáticas congénitas consisten de una conexión única, que une al sistema venoso porta a la circulación sistémica. En otras partes se han descrito varios tipos de comunicación que existen.2,3

DERIVACIONES PORTOSISTÉMICAS
Rasgos principales
Casi 25 a 33% de las derivaciones portosistémicas son intrahepáticas y ocurren más a menudo en perros de raza grande.2 Las razas predispuestas comprenden Irish wolfhounds, Labrador retrievers, golden retrievers y ganadero australiano. El resto de las derivaciones portosistémicas son extrahepáticas y se manifiestan en perros de razas pequeñas. Aquellas razas predispuestas comprenden a Yorkshire terrier, Malteses, Shih Tzus y pugs.

Los gatos tienen a menudo derivaciones portosistémicas extrahepáticas y los gatos domésticos de pelo corto, persas, himalayos y siameses son los más afectados por lo común. En gatos no existe una predisposición hacia los machos.

Signos clínicos
Los signos clínicos observados con las derivaciones portosistémicas congénitas dependen del grado de derivación y se relacionan principalmente con los sistemas nerviosos central, gastrointestinal y urinario.2 En gatos, el ptialismo es un signo característico de las derivaciones portosistémicas.4 En libros de medicina interna y artículos de revistas pueden encontrarse explicaciones detalladas de los signos clínicos observados con casos de derivación portosistémica.2,4,5

La sensibilidad para las pruebas de concentración de ácidos biliares de ayuno y posprandial es de 100% para detectar enfermedad hepatobiliar.

HIPOPLASIA PRIMARIA DE LA VENA PORTA
Este tipo de hipoplasia puede presentarse como una anomalía única o simultánea con una derivación portosistémica macroscópica. Se caracteriza por malformaciones microscópicas de la vasculatura hepática.2 La hipoplasia primaria de la vena porta, sin hipertensión porta, se denominaba con anterioridad displasia microvascular y las razas Cairn y Yorkshire terrier  están sobre representadas.

La hipoplasia primaria de la vena porta, sin hipertensión porta, se ha diagnosticado en una variedad de razas, pero los Doberman pinschers se hayan sobre representados.2,6 Se diagnostica cuando una vena porta patente, pero hipoplásica se encuentra en un hígado no cirrótico. Otros términos utilizados en la bibliografía incluyen hipertensión porta no cirrótica idiopática, fibrosis hepatoportal y enfermedad veno oclusiva. Los signos clínicos de la hipoplasia primaria de la vena porta son similares a aquellos observados con derivaciones portosistémicas, con la excepción de ascitis, la cual sólo se manifiesta en casos de hipoplasia primaria de la vena porta con hipertensión porta. Como resultado de dicha hipertensión se desarrollan derivaciones portosistémicas extrahepáticas adquiridas.

MALFORMACIÓN ARTERIOVENOSA HEPÁTICA
Ésta es una anomalía vascular rara en la que hay múltiples comunicaciones aberrantes entre ramas de arteria hepática y la vena porta. La malformación arteriovenosa hepática es por lo general un trastorno congénito que se ha diagnosticado en perros y gatos, y que con anterioridad se le conocía como fístula arteriovenosa. La presión anormalmente alta resulta dentro del sistema porta y hay flujo sanguíneo inverso, lo cual se denomina flujo sanguíneo hepatofugal (flujo sanguíneo que se aleja del hígado).7 La hipertensión portal resultante conduce a derivaciones portosistémicas extrahepáticas adquiridas. Los signos clínicos son parecidos a los de las derivaciones portosistémicas adquiridas y se observa ascitis en 75% de los casos.2


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