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Volumen 7, número 3
Dic / Ene 2013 . vol. 7 / núm. 3

RONDAS CLÍNICAS Tumores de células cebadas recurrentes en un bóxer

Haga las rondas con estos especialistas y residentes veterinarios, y vea cómo diversas combinaciones de tratamiento finalmente llegan a un buen resultado en este caso

Por

ARTÍCULO ARBITRADO

Haga las rondas con estos especialistas y residentes veterinarios, y vea cómo diversas combinaciones de tratamiento finalmente llegan a un buen resultado en este caso

EL EQUIPO

Líder del equipo
Olya A. Smrkovski, DVM, DACVIM (oncology)
Perspectiva quirúrgica
Karen M. Tobias,DVM, MS, DACVS
Perspectiva de la oncología radiológica
Nathan Lee, DVM, DACVR (radiation oncology)
Perspectiva médica
Bethany Sabatino, DVM
Perspectiva radiológica
Laura Hammond, DVM
Perspectiva de la patología clínica
Carolyn Grimes, DVM
Perspectiva de la patología anatómica
Jorden Manasse, BVMS
Perspectiva de la oncología médica
Richard A. Chetney, Jr., DVM

Department of Small Animal Clinical Sciences College of Veterinary Medicine The University of Tennessee Knoxville TN 37996

PANORAMA
Olya A. Smrkovski, DVM, DACVIM (oncología)



Los tumores de células cebadas comprenden de 16 a 21% de todos los tumores de piel y representan la neoplasia cutánea más común en perros (Figura 1).1 Las razas predispuestas incluyen bóxers, Boston terriers, cobradores Labrador, beagles y schnauzers.1 Las tasas de metástasis varían, pero tienden a estar correlacionadas con el grado histológico del tumor primario (Véase página 363). Los tumores de células cebadas cutáneas de bajo grado tienen una tasa de metástasis de 10 a 15%, mientras que aquellos de alto grado poseen tasas de metástasis >50%.1 Los sitios usuales de metástasis incluyen ganglios linfáticos regionales, hígado y bazo. Un tumor de células cebadas puede diagnosticarse en definitiva al examen citológico de un aspirado con aguja fina, en tanto que el examen histopatológico en un tumor extirpado o en una biopsia de muestra proporciona el grado del tumor y la valoración del margen.


1. Apariencia macroscópica del tumor de células cebadas en la base del lóbulo caudal de la oreja en un perro.



Presentación del caso
En el University of Tennessee Veterinary Medical Center se llevó a consulta una hembra bóxer, esterilizada, de seis años de edad y 26.2 kilogramos para la clasificación y tratamiento de masas cutáneas multifocales en su oreja izquierda. Al examen físico se encontraron tres nódulos alopécicos y ulcerados en el lóbulo izquierdo. Dos de los nódulos (5 x 3 x 2.5 cm y 0.5 x 0.5 x 0.5 cm) se localizaron en la base de la parte lateral del lóbulo y el tercer nódulo (5.2 x 3.2 x 2 cm) se hallaba cerca de la punta de la oreja.

El examen citológico de los aspirados por aguja fina, obtenidos a partir de cada nódulo diagnosticó tumor de células cebadas. No se hallaron anormalidades en las pruebas sanguíneas y en los exámenes radiográficos torácicos y abdominales, o al ultrasonido abdominal. Tampoco se encontró evidencia de metástasis al examen citológico de los aspirados por aguja fina de los ganglios linfáticos mandibulares izquierdos, hígado y bazo. De este modo, se recomendó la remoción quirúrgica de los tumores.

Tratamiento inicial
Se practicó una resección parcial de la oreja izquierda, incluyendo márgenes de 3 cm alrededor de los dos tumores en la base del lóbulo y casi de una tercera parte del canal auditivo vertical. La evaluación histológica de los tejidos retirados indicó la remoción completa de los tumores de células cebadas grado III, con 12 figuras mitóticas en 10 campos de alta resolución.

Debido al alto grado del tumor se recomendó quimioterapia adjunta y 14 días luego de la cirugía se inició un protocolo de quimioterapia con vinblastina y prednisona (Cuadro 1).2

Segunda presentación
Seis semanas después, mientras todavía recibía vinblastina y prednisona, la perra desarrolló otro tumor de células cebadas en su lado izquierdo. Además, al examen físico se observó crecido al ganglio linfático preescapular izquierdo. El examen citológico de un aspirado obtenido a partir de un ganglio linfático resultó consistente con tumor de células cebadas con desarrollo de metástasis. El ganglio linfático mandibular izquierdo no estaba crecido al examen físico y no contenía evidencia citológica de tumor de células cebadas con desarrollo de metástasis. La quimioterapia con vinblastina y prednisona se detuvo y se inició mesilato de masitinib (12.5 mg/kg orales, cada 24 horas),3 difenhidramina (2 mg/kg orales, cada 8 horas), y famotidina (0.5 mg/kg orales, cada 12 horas).



Seguimiento y desarrollos posteriores
Durante la cita un mes después del tratamiento con masitinib, la enfermedad de la perra se encontró estable. No se observaron efectos colaterales originados por el masitinib. En la consulta a los dos meses, el ganglio linfático preescapular izquierdo y el tumor de células cebadas en el lado izquierdo permanecían sin modificación en su tamaño; sin embargo, se encontró una nueva masa cutánea (3.5 x 1.8 x 0.5 cm) en la axila izquierda. El examen citológico del aspirado con aguja fina de esta masa tuvo un diagnóstico de células cebadas.

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