“Yo nunca he tenido que…” edición veterinaria
¿Se ha dado cuenta de que las personas tienden a ser un poco más honestas en cuanto a sus elecciones de vida cuando se les pegunta la verdad durante un juego? Este fenómeno es lo que las Dras. Caitlin DeWilde, Kimberly-Ann Therrien y yo, experimentamos cuando utilizamos un juego popular de fiestas para enseñar lecciones de vida.
¿Se ha dado cuenta de que las personas tienden a ser un poco más honestas en cuanto a sus elecciones de vida cuando se les pegunta la verdad durante un juego? Este fenómeno es lo que las Dras. Caitlin DeWilde, Kimberly-Ann Therrien y yo, experimentamos cuando utilizamos un juego popular de fiestas para enseñar lecciones de vida.
Sarah J. Wooten, DVM
Si usted nunca ha jugado “Yo nunca he tenido que…” es sencillo. Se hace una pregunta y los participantes levantan una cartulina de dos caras, mostrando un lado hacia la audiencia: “sí he tenido que” o “nunca he tenido que”. Para nuestra sorpresa, cuando utilizamos este juego el año pasado en las sesiones de Women’s Veterinary Leadership Development Initiative (WVLDI) durante el Fetch dvm360, los participantes admitieron todo tipo de cosas – haber probado el pamoato de tirantel, pedirles citas a los clientes, orinar en las albercas y desear en secreto que fueran magos en Hogwarts (como un comentario al margen, pienso que los profesionales veterinarios poseen el coraje de los Gryffindors y el conocimiento de los Ravenclaws, y ¿dónde está mi carta?).
Aparte de divertirse, el juego fue revelador. Casi todo mundo admitió que mentía para evitar conflictos con los compañeros de trabajo, deseando poder irse del trabajo a tiempo y maldiciendo clientes a sus espaldas. Muchas personas admitieron permanecer en ambientes tóxicos porque estaban temerosos. El juego nos enseñó principalmente, que no estamos enfrentando los desafíos de la vida en medicina veterinaria solamente y que es seguro platicar acerca de las cosas que nos atemorizan en esta profesión – es decir, conflictos, temor y poco autocuidado...
Nunca he tenido que… estar estresado por el conflicto con un compañero de trabajo o con un cliente
Todos hemos estado alli. Cuando usted se encuentra en conflicto con otra persona, es difícil decidir entre pelearse o quedarse callado. De acuerdo con la Dra. Thierren, el evitar los conflictos es cuando una persona no aborda el conflicto por venir – en cambio utilizan otras tácticas, tales como ignorar el problema, cambiar de tema, quejarse con alguien más o quedarse callado.
Evitar conflictos es sencillo porque engaña a nuestro cerebro para que piense que estamos a salvo del conflicto. El sentimiento de alivio que usted logra, refuerza el comportamiento de evasión, por lo que es más probable que evite el conflicto de nuevo en el futuro. El problema es que evitar los conflictos puede echar raíz de manera silenciosa en una organización y en su salud mental. ¿Alguien ha suprimido sus emociones?