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Volumen 15, número 6
Ago / Sep 2024 . vol. 15 / núm. 6

Protocolos avanzados de manejo del dolor en cuidados veterinarios paliativos y hospitalarios

Los casos de cuidados paliativos y hospitalarios requieren un enfoque personalizado para aliviar el dolor y proporcionar comodidad a los pacientes y sus familias.

Por Tyler Carmack, DVM, CVA, CVFT, CHPV, CTPEP

PERSPECTIVA DE NUESTROS SOCIOS

Los casos de cuidados paliativos y hospitalarios requieren un enfoque personalizado para aliviar el dolor y proporcionar comodidad a los pacientes y sus familias.


Escrito por Tyler Carmack, DVM, CVA, CVFT, CHPV, CTPEP

Carmack es la directora de cuidados paliativos y hospitalarios en Caring Pathways, una clínica veterinaria nacional a domicilio para pacientes al final de la vida. Fundó Hampton Roads Veterinary Hospice en 2011 y ha desarrollado un interés especial en los enfoques integradores para el manejo paliativo del dolor.

Los casos de cuidados paliativos y hospitalarios presentan desafíos únicos para los profesionales veterinarios. Cuando se trata de tratar a estos pacientes, algunos de nuestros medicamentos más utilizados en planes de cuidados paliativos y hospitalarios pueden usarse con menos frecuencia en la clínica general, ya que el análisis de riesgo-beneficio cambia significativamente en la etapa del final de la vida. Debido a que el dolor incontrolado y las dificultades de movilidad se encuentran entre las causas más comunes de eutanasia, comprender estos medicamentos y su uso adecuado puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes en sus últimas semanas.

Acetaminofén: Un analgésico complementario eficaz para perros  

Aunque el acetaminofén es tóxico en los gatos, puede ser un analgésico complementario muy valioso para los perros. Sus mecanismos de acción no se comprenden completamente, pero puede complementar otros medicamentos analgésicos en un enfoque multimodal para el dolor crónico. Debido a que carece de propiedades antiinflamatorias significativas, es más beneficioso cuando se usa junto con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o esteroides. El acetaminofén se usa comúnmente durante los períodos de reemplazo entre la transición de AINE a esteroides. La dosis estándar aceptada es de 10 a 15 mg/kg dos veces al día a 3 veces al día, aunque algunos estudios sugieren que una dosis de hasta 33 mg/kg es segura y potencialmente más efectiva en perros.1 Se recomienda controlar función hepática y renal cada 6 meses durante su uso, aunque a menudo no se realizan pruebas en entornos de cuidados paliativos y hospitalarios.

Acetaminofén e hidrocodona: Una combinación útil para paliar el dolor    
El Acetaminofén combinado con el opioide hidrocodona puede paliar eficazmente el dolor más pronunciado o intenso en los perros. La hidrocodona, con una biodisponibilidad oral de 40% a 80%, es una mejor opción que la codeína, la cual tiene una biodisponibilidad pobre en perros (aproximadamente 4%).2 La dosificación se basa en el componente de acetaminofén, con 5 mg, 7.5 mg, o 10 mg de hidrocodona por tableta de acetaminofén de 325 mg. A menudo, a una mascota se le prescribe un plan de tratamiento simple con acetaminofén con tabletas de acetaminofén/hidrocodona de fácil acceso que se pueden cambiar a la hora normal de medicación de la mascota cuando se presenta dolor emergente.

Pregabalina: Una alternativa prometedora a la gabapentina para dolor y ansiedad  
La pregabalina ofrece un mecanismo de acción similar al de la gabapentina. A diferencia de la gabapentina, la pregabalina exhibe una absorción lineal con una biodisponibilidad superior a 90% con respecto a la dosis menor en mg/kg. Las recomendaciones de dosis son de 2 a 5 mg/kg por vía oral cada 12 horas. Generalmente se asocia con menos sedación y ataxia que la gabapentina, pero estos efectos adversos a menudo aún están presentes.

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