Manejo de la pioderma superficial con fototerapia
Phovia es altamente eficaz para el tratamiento de infecciones superficiales y profundas de la piel.
HISTORIA PRINCIPAL
Por Amelia G. White, DVM, MS, DACVD
Phovia es altamente eficaz para el tratamiento de infecciones superficiales y profundas de la piel.
La foliculitis bacteriana superficial, también llamada pioderma superficial, es una afección dermatológica comúnmente diagnosticada en perros.1,2 Estas infecciones son secundarias a afecciones primarias que afectan la función normal de la barrera de la piel (p. ej., enfermedad alérgica de la piel, traumatismos, quemaduras), queratinización (p. ej., deficiencia, enfermedad hepática) y regulación inmunitaria (p. ej., neoplasia, autoinmunidad, endocrinopatía).2 Los gatos desarrollan con menos frecuencia pioderma superficial, quizás debido a la disminución de la adhesión de estafilococos a los corneocitos felinos, pero los problemas principales que causan la infección son similares a los que se observan en los perros.3-8
El principal patógeno asociado con pioderma superficial en perros y gatos es un residente normal de la piel, Staphylococcus pseudintermedius, pero puede estar involucrada otra flora.2,8-12 Como la homeostasis normal de este organismo se altera debido a una enfermedad primaria, estos cocos gram-positivos invaden regiones más profundas de la epidermis y del epitelio del folículo piloso, aumentan en cantidad y aumentan la inflamación.
Las lesiones clínicas clásicas de la pioderma superficial incluyen pápulas y pústulas que eventualmente pueden progresar a alopecia, collaretes epidérmicos, escamas y costras. A menudo, la piel está eritematosa y pruriginosa. Los casos crónicos pueden presentar liquenificación, hiperpigmentación y alopecia cicatricial por inflamación e infección prolongada.2 Los gatos pueden desarrollar patrones de reacción cutánea y lesiones cutáneas aún más singulares, especialmente cuando existe una enfermedad alérgica de la piel, como dermatitis miliar, placas eosinofílicas, úlceras erosivas y granulomas eosinofílicos.5
Identificar y abordar la enfermedad primaria es fundamental para lograr una resolución completa y permanente de la pioderma superficial. Por lo tanto, el tratamiento es multifactorial y está dirigido a abordar la enfermedad primaria, reducir la inflamación de la piel y tratar directamente la infección. Los lineamientos actuales para el tratamiento de la pioderma superficial en perros recomiendan el uso de antibióticos tópicos como única terapia siempre que sea posible; sin embargo, el uso excesivo de antibióticos sistémicos sigue siendo común.2,13-16
La terapia tópica tiene muchos beneficios, incluidos los efectos antimicrobianos directos sin el uso de un antibiótico, la reducción de poblaciones bacterianas resistentes a los antibióticos, la restauración de la barrera cutánea normal, la mejora de la hidratación de la piel, la eliminación física de los restos de queratina y la eliminación de los alérgenos dañinos para el pelaje.2,14 Sin embargo, la terapia tópica enfrenta desafíos que impiden la aplicación clínica. El apego es la mayor preocupación cuando se recomienda la terapia tópica a los dueños de mascotas. El baño frecuente o la aplicación de soluciones medicadas en la piel pueden ser difíciles cuando los estilos de vida ocupados del propietario se combinan con un paciente que no se apega. La inflamación de la piel puede ser dolorosa y los animales pueden ser resistentes a la terapia tópica. Los gatos son acicaladores compulsivos y pueden lamer una terapia tópica medicada antes de que pueda alcanzar el tiempo de contacto adecuado. Además, algunos agentes tópicos pueden causar erosiones y ulceraciones orales o incluso molestias gastrointestinales cuando se ingieren. Por estas razones, los antibióticos sistémicos continúan siendo una práctica de prescripción común para la pioderma superficial.
Todo uso de antibióticos, independientemente de la duración o la frecuencia, contribuye al desarrollo de poblaciones bacterianas resistentes a los antibióticos en el animal y en el medio ambiente.17-19 Desde esa primera dosis, las bacterias evolucionan constantemente para implementar mecanismos de resistencia inherentes y adquiridos necesarios para la supervivencia. Un mecanismo bien reconocido es la resistencia a la oxacilina a través del gen mecA, que produce un receptor de proteína de unión a penicilina con poca afinidad por antibióticos betalactámicos.2,14,15,20-23 Aún más preocupantes que estas cepas resistentes a la oxacilina son aquellas que desarrollan resistencia a múltiples fármacos la cual se define como resistencia a 3 o más clases de antibióticos. Esto puede suceder con el transcurso del tiempo con la exposición repetida a los antibióticos o después de una sola dosis de ciertos antibióticos, como las quinolonas fluoradas.2,20,23-25 La continua aparición de bacterias resistentes a los antibióticos inhibe el tratamiento exitoso de infecciones bacterianas en mascotas y humanos. A medida que los veterinarios consideran cómo su uso de antibióticos contribuye a esta creciente pandemia, deben buscar modalidades de tratamiento antibacteriano alternativas, seguras, efectivas, asequibles y convenientes.
Phovia como solución
La investigación sobre los efectos fotobiológicos de la fototerapia ha estado en curso durante los últimos 50 años. La terapia de fotobiomodulación es un tipo de tratamiento de luz que utiliza luz visible o infrarroja cercana para promover beneficios terapéuticos que incluyen la inducción de la curación y regeneración de tejidos y la inhibición de respuestas biológicas que inducen dolor o inflamación. La distancia de tratamiento, la longitud de onda, la fluencia, los parámetros del pulso, el tamaño del punto y el tiempo de irradiación influyen en los efectos de la energía de la luz sobre el tejido. La luz visible con longitudes de onda que van desde 400 a 700 nm puede estimular efectos fotobiomoduladores positivos que promueven la cicatrización de heridas, reducen la inflamación y el dolor, modulan las poblaciones de células madre y reducen la contaminación bacteriana de las heridas.26,27