
Un caso desafiante: un perro con un ojo rojo doloroso
El problema del perro no era conjuntivitis – como se pensó en principio- sino algo mucho más serio
ARTÍCULO ARBITRADO
El problema del perro no era conjuntivitis – como se pensó en principio- sino algo mucho más serio
Juliet R. Gionfriddo, DVM, MS, DACVO, Thomas Chen, DVM
Al James L. Voss Veterinary Teaching Hospital de Colorado State University (CSU), llegó una hembra entera, Terrier escocés, de siete años y 9 kg de peso; la paciente acude con signología de dolor y enrojecimiento en el ojo derecho, con una duración de cuatro días.
ANTECEDENTES
Los propietarios reportan que la mascota había estado jugando en los exteriores, sin embargo no hubo antecedentes de traumatismo. La paciente fue evaluada en una clínica de urgencias tan pronto observaron que su ojo se torno rojo; el diagnóstico del Médico Veterinario fue de conjuntivitis. En su examen clínico encontró también un tallo de pasto en la oreja izquierda, el cual fue retirado. El tratamiento instaurado fue a base de un ungüento oftálmico con triple antibiótico en el ojo afectado, cada 8 o 12 horas al día.
Al tercer día del tratamiento, la signología empeoró y la mascota empezó a deprimirse. El Veterinario la remitió a la CSU, donde fue evaluada en la sección de oftalmología.
1. Ojo con endoftalmitis, similar en apariencia al caso referido. Nótese la notable cantidad de exudado mucopurulento, con la presencia de una córnea anormal (nebulosa y amarilla), de tal forma que impidió la evaluación del fondo de ojo.
EXAMEN
El examen físico solo mostró la alteración del ojo derecho; el cual presentó un exudado mucopurulento profuso y una inflamación notable de los párpados y la conjuntiva (Figura 1). El examen oftalmológico se dificulto por el dolor y la inquietud que mostraba la mascota.
La córnea presentó un área amarillenta rojiza y en la zona del fórnix ventral se acumuló una pequeña cantidad de sangre libre; cerca de la zona hemorrágica, se observó un coágulo redondo de fibrina de 4 mm aprox. Estos cambios imposibilitaron la capacidad de evaluar la cámara anterior, la pupila y las estructuras oculares posteriores. Las presiones intraoculares fueron de 33 mm Hg en el ojo derecho y de 7 mm Hg en el izquierdo (normal = 15 a 25 mm Hg). A pesar de que la presión ocular del ojo izquierdo fuese menor, no mostraba signos de uveítis (por ejemplo, miosis) y se consideró como normal para la edad de la paciente. El ojo derecho se consideró ciego a causa de la ausencia de reflejos pupilares indirectos a la luz y la ausencia del reflejo de amenaza. No se observó la presencia de algún cuerpo extraño en el saco conjuntival.
DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO
El diagnóstico presuntivo fue de endoftalmitis séptica y ceguera permanente. Debido a los cambios tan severos se recomendó la enucleación transconjuntival, la cual fue aceptada por el propietario.
CIRUGÍA
Se tomaron muestras de sangre para un hematócrito y un perfil químico sérico como evaluación preoperatoria, cuyos resultados fueron normales. La premedicación incluyó fentanil (4 µg/kg intravenoso), atropina (0.04 mg/kg subcutánea) y diacepam (0.5 mg/kg intravenoso), la anestesia se indujo con propofol intravenoso (2 mg/kg) y se mantuvo con isoflurano.