Pregunte al experto: Inhiba la obsesión de un labrador con su pelota
P: Uno de mis pacientes, un Labrador retriever, parece estar obsesionado con su pelota para jugar. Cuando los propietarios se sientan, el perro les pide de manera incesante para que jueguen con la pelota. ¿Qué consejo debo darles para redireccionar esta conducta?
John Ciribassi, DVM, DACVB
P: Uno de mis pacientes, un Labrador retriever, parece estar obsesionado con su pelota para jugar. Cuando los propietarios se sientan, el perro les pide de manera incesante para que jueguen con la pelota. ¿Qué consejo debo darles para redireccionar esta conducta?
R: Sospecho que esta conducta del perro puede ser compulsiva por naturaleza. El trastorno compulsivo puede manifestarse por sí mismo en una variedad amplia de maneras. Los signos comunes incluyen perseguirse el rabo, giros, lamerse el flanco, morder al aire y persecución de sombras y de luces.
Las conductas compulsivas a menudo constituyen acciones relacionadas con actividades orales (por ejemplo, acicalado excesivo, automasticado, lamido de flancos) o locomotoras (por ejemplo, giros o perseguirse el rabo). Estas actividades se manifiestan fuera de contexto –esto es, en momentos en que normalmente no se esperaría que la mascota manifieste la conducta. Además, la conducta sucede en exclusión de otras actividades diarias normales como alimentarse, ejercitarse u otras formas de juego.
Qué hay detrás de la conducta
Se considera que el trastorno compulsivo tiene como sus anormalidades básicas en la función de neurotransmisores (serotonina o noradrenalina) así como en la posibilidad que se auto refuerza como resultado de la liberación de opioides endógenos. Con base en esta información, es probable que el incesante juego con la pelota, que usted describe, sea un trastorno compulsivo debido a la cantidad de tiempo que el perro le dedica a la actividad y qué tan concentrado está el perro cuando juega.
Antes de comenzar el manejo conductual para gran parte de los trastornos compulsivos, asegúrese de que no existen razones médicas para la conducta, tales como convulsiones, otras formas de enfermedad el sistema nerviosos central o patología en la espina dorsal.
Cuando se maneje un trastorno compulsivo, la clave consiste en identificar y eliminar, de ser posible, todos los desencadenantes.