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Volumen 11, número 4
Abr / May 2017 . vol. 11 / núm. 4

¿Por qué el castigo falla?; qué funciona mejor

¿Piensa que se necesita de cierto tipo de castigo cuando entrena a su perro? Los siguientes ejemplos le mostrarán por qué no funciona y puede empeorarlo.

Por Valarie V. Tynes, DVM, DACVB

DE SU VETERINARIO



Castigar a un perro a menudo no funciona o puede empeorar aún el problema. Deben cumplirse tres reglas importantes para que el castigo sea eficaz. ¿Piensa que se necesita de cierto tipo de castigo cuando entrena a su perro? Los siguientes ejemplos le mostrarán por qué no funciona y puede empeorarlo.


Valarie V. Tynes, DVM, DACVB

Castigar a un perro a veces no funciona o puede empeorar aún más el problema. Se deben cumplir tres reglas importantes para que el castigo sea importante:

1. El castigo debe suceder cada vez que se manifiesta la conducta indeseable.

2. El castigo debe administrarse uno o dos segundos después de la conducta inadecuada.

3. El castigo debe ser suficientemente aversivo como para que el perro deje de repetir la conducta indeseable en lo sucesivo, pero no tanto como para atemorizarlo.

Cumplir estos tres criterios puede ser difícil. Esta es la razón del por qué el castigo falla a menudo en resolver los problemas de conducta y no debe ser el primer método de entrenamiento de elección. El entrenamiento de reforzamiento positivo, en donde se recompensa a los animales por las conductas apropiadas, es más seguro y más eficaz.

Como se puede apreciar en los siguientes ejemplos, el castigo le muestra a un animal lo que usted quiere que no haga, pero fracasa en mostrarle qué es lo que espera.

Ejemplo A
Problema de conducta: El perro se sube a los muebles

Respuesta del propietario: Cada vez que la propietaria ve al perro en los muebles, le grita y lo amenaza con un periódico enrollado. Cuando sucede así, el perro se baja.

Resultado: El perro continúa subiéndose a los muebles, aunque es menos probable que lo haga en presencia de su dueña. Como el perro todavía se sube a los muebles cuando la propietaria no está, se le premia parte del tiempo por una conducta indeseable, y la primera regla mencionada no se cumple. Así que el castigo no resuelve el problema. Si el propietario se frustra cada vez más con el perro, ella aumentará la intensidad del castigo y, dependiendo del temperamento del perro, podría responder volviéndose temeroso de la dueña y evitarla. Algunos perros aún pueden comenzar a gruñir y tirar mordiscos cuando se acerca el dueño.

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