Abr / May 2014 . vol. 8 / núm. 5
Tratamiento con éxito de la dosis de baclofeno con emulsión líquida intravenosa
Una perra pastor de Shetland, esterilizada, de seis meses de edad, 7.7 kilogramos, previamente sana, fue llevada a las instalaciones veterinarias luego de encontrar que no respondía en el hogar.
CASO DE TOXICOLOGÍA
Jarrod Butler, DVM
Una perra pastor de Shetland, esterilizada, de seis meses de edad, 7.7 kilogramos, previamente sana, fue llevada a las instalaciones veterinarias luego de encontrar que no respondía en el hogar.
ANTECEDENTES
Antes de la presentación, los propietarios habían encontrado evidencia de que la perra había ingerido el contenido de un frasco de pastillas, conteniendo tabletas de baclofeno de 10 mg, en algún momento de las seis horas previas. La perra había consumido casi 16 tabletas, lo cual da una dosis de 20.7 mg/kg de baclofeno.
EXAMEN FÍSICO
A la presentación, la perra no daba respuesta y estaba en recumbencia lateral, aunque vocalizaba de manera intermitente. El examen físico reveló leve hipotermia (37.5 C; normal de 38.3 a 38.8 C), hipersalivación moderada y bradicardia moderada (70 latidos/minuto; normal = 110 a 120 latidos/minuto), pero la paciente estaba normotensa. Los resultados de electrocardiograma, conteo sanguíneo completo y perfil químico sérico de base fueron normales. Se encontró una tableta de baclofeno adherida al pelaje de la pata anterior de la perra, reduciendo la posibilidad de la dosis ingerida a 19.4 mg/kg.
MANEJO DEL CASO
Con base en los hallazgos del examen físico y de la evidencia de acceso al agente, se diagnosticó de manera presuntiva toxicosis por baclofeno.
Medidas iniciales
El tratamiento inicial incluyó la administración de fluidos intravenosos (solución salina a 0.9%, 60 ml/kg/día) y, debido a que la perra tenía un estado alterado de la conciencia, un antiemético (maropitant, 1 mg/kg subcutáneos) con el fin de reducir el riesgo de vómito y neumonía por aspiración secundaria.
Al comienzo se consideró la descontaminación mediante carbón activado, pero finalmente se rechazó debido al riesgo de aspiración. En cambio, se instituyó un tratamiento con emulsión intralípida, ya que una experiencia previa había sugerido su beneficio en acortar los signos clínicos en casos de toxicosis por baclofeno.1
Antes de la administración de la primera dosis de emulsión lípida intravenosa (ELI), la perra experimentó una convulsión que se controló con rapidez mediante una dosis única de diacepam (0.5 mg/kg intravenosos), así mismo se observó que la bradicardia de la perra había empeorado a un promedio de 40 latidos/minuto, con auscultaciones en serie durante varios minutos, con latidos en escape intermitentes. Se le dio a la perra una dosis única de 0.5 ml de atropina (0.03 mg/kg, intravenosos) lo cual mejoró de inmediato la bradicardia y resolvió los latidos de escape. Se hizo un intento por colocar una sonda endotraqueal, pero su colocación no fue posible debido a un intenso reflejo de deglución y masticación en la sonda.
Primera administración de ELI
Tres horas luego de la presentación, la perra experimentó un episodio de paro respiratorio súbito. La perra empezó a recibir ventilación mecánica convencional con suplementación de oxígeno a 80% a la tasa de 12 respiraciones/minuto. Poco después, se administró un bolo inicial (1.5 ml/kg) de ELI a 20%, seguida 20 minutos después de 0.25 ml/kg/minuto de dosis administrada durante una hora.
La frecuencia cardiaca de la perra se estabilizó en 80 latidos/minutos sin latidos anormales adicionales durante las siguientes cuatro horas. Se observó un episodio de regurgitación con contenido gástrico saliendo a través de las narinas; de este modo, la administración profiláctica de antibióticos se inició (cefazolina, 26 mg/kg, intravenosos).
Así mismo, la perra se volvió más alerta y daba respuesta al manejo, así que se administró isofluorano (a 1.5%) de manera intermitente para minimizar la situación y ansiedad, así como facilitar la ventilación mecánica. Cuatro horas después de la administración inicial de ELI se tomó una muestra de sangre y demostró lipemia moderada; así la segunda administración de ELI se retardó para permitir que el suero se aclarara.