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Volumen 16, número 2
Feb / Mar 2025 . vol. 16 / núm. 2

¿Qué hay en un nombre?

Dirigirse a los clientes de manera respetuosa y cortés puede requerir cambios en los protocolos de una clínica.

Por Jeff Rothstein, DVM, MBA

EL DILEMA



Autor:
Marc Rosenberg, VMD


Dirigirse a los clientes de manera respetuosa y cortés puede requerir cambios en los protocolos de una clínica.

>Las clínicas veterinarias competitivas y de vanguardia siempre buscan dar lo mejor de sí. Las mascotas deben recibir un cuidado competente y los clientes deben ser tratados con respeto en un entorno que sea a la vez solidario y profesional. La primera impresión de un cliente al ingresar a una clínica es muy importante. Los miembros del personal y la administración rara vez piensan en el efecto de un saludo inicial básico. Los empleados de Clínica Animal Ocean recientemente se dieron cuenta de esto. Como resultado, decidieron investigar este encuentro veterinario tan simple.

La semana anterior, una mujer de unos 80 años vino a la clínica con su nieta adulta y su caniche de 6 años. Cuando llegó el momento de la cita, una joven técnica veterinaria se acercó a los clientes y dijo: "Margaret, ¿podrían acompañarme Fluffy y tú?" Después de una visita sin incidentes, la nieta de la mujer mayor llevó a la técnica a un lado para hablar con ella. Ella dijo: "Mi abuela, Margaret Thompson, es la matriarca de nuestra familia y una directora ejecutiva jubilada. Cuando se dirija a ella, debe hacerlo de manera respetuosa y no debe asumir que la puede llamar por su nombre de pila”. La técnica respondió diciendo que ciertamente no tenía intención de ofender y que esa era la forma en que normalmente llaman a los clientes a la sala de exámenes. La nieta dijo que cuando su abuela conoció al veterinario examinador James White, no se esperaba que se dirigiera a él inmediatamente como James. El administrador del hospital estuvo de acuerdo en que dirigirse a los clientes por su nombre de pila en un entorno profesional podría considerarse presuntuoso e incluso grosero. En muchos casos, se ha convertido en la norma en los entornos médicos, en parte debido a cuestiones de privacidad y al deseo de no usar el apellido de un paciente en un entorno público.

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