Contáctanos Síguenos Veterinary Medicine Instagram
Suscríbete
Volumen 11, número 5
Jun / Jul 2017 . vol. 11 / núm. 5

¿Poniéndose en marcha para un ultrasonido?

Usted no tiene ese equipo de ultrasonido en su consultorio (todavía), pero usted piensa que sería ideal para un caso que acaba de salir por la puerta. Aquí están algunos consejos de en qué casos podría dar un diagnóstico con más probabilidad y cómo puede usted manejar las expectativas de los clientes cuando los envíe a interconsulta.

Por DVM, DACVR, Ryan King



Usted no tiene ese equipo de ultrasonido en su consultorio (todavía), pero usted piensa que sería ideal para un caso que acaba de salir por la puerta. Aquí están algunos consejos de en qué casos podría dar un diagnóstico con más probabilidad y cómo puede usted manejar las expectativas de los clientes cuando los envíe a interconsulta.

En medicina veterinaria cada vez se vuelven más comunes los exámenes ultrasonográficos y pueden ser una herramienta útil en ciertas situaciones. Pero, al manejar las expectativas de los propietarios de las mascotas resulta fundamental comunicar, que gran parte de los hallazgos ultrasonográficos no son específicos y que tal vez se requieran pasos diagnósticos adicionales para llegar a un diagnóstico definitivo.

Primero, ¿paciente internado o paciente externo?
Desde una perspectiva de imagenología, un “paciente externo” es un paciente que acude de manera exclusiva para un diagnóstico de imágenes. Esta situación resulta ideal para clientes que buscan un seguimiento con su veterinario regular para un diagnóstico o tratamiento adicionales. Los casos ideales incluyen a menudo enfermedades de inicio agudo, con una intervención terapéutica o quirúrgica en mente.

En el caso de los pacientes externos no es probable que se administre sedación, así que aquellos pacientes no cooperativos y malhumorados, quedan mejor como pacientes internos. Esto proporciona tiempo para un examen completo de la mascota y una observación adecuada luego de la sedación, anestesia o ambos.

 De manera alternativa, un “paciente interno” es siempre uno que ha visitado y ha sido examinado por un médico en el consultorio del veterinario que solicita la interconsulta. Aunque esto puede dar lugar a una consulta más amplia y completa, y que pueda permitir el uso de medicamentos como intervenciones y tratamientos, este tipo de interconsulta tiende a ser más costosa. Los casos ideales son aquellos que implican enfermedad crónica o multisistémica, donde la diferenciación de cambios sutiles pueda requerir de más pruebas diagnósticas.

Algunos consultorios especializados ofrecen un modelo mixto en el cual reciben a un paciente en exclusiva para imágenes diagnósticas, pero un especialista realiza un breve examen físico y una valoración, así que pueda practicarse la sedación o la anestesia. Una plática con el centro de especialidades antes de enviar a interconsulta ayudará a que los médicos generales decidan qué modalidad de imágenes y tipo de interconsulta es mejor para un paciente en particular.

En las particularidades de los pacientes
Aquí están los tipos de casos que usted podría considerar para una interconsulta para ultrasonido y lo que usted puede esperar por lo general.

Hallazgos hepáticos difusos.
 Es probable que la evaluación del hígado sea el caso menos apropiado de las interconsultas, ya que 80% de los casos dejan a las imágenes de pacientes externos por enfermedad hepática sin un diagnóstico. Hay gran oportunidad de superposición en la apariencia ultrasónica de la enfermedad hepática y se requiere a menudo de biopsia o de un aspirado para establecer un diagnóstico definitivo. Las excepciones podrían ser enfermedades de la vesícula biliar o biliares (por ejemplo, mucocele de la vesícula biliar, colelitiasis, obstrucción) en los cuales la ultrasonografía abdominal puede ser una prueba definitiva (véase figura 1). Los pacientes con derivaciones portosistémicas sospechadas deberán enviarse para ultrasonografía de paciente interno, ya que puede requerirse de sedación o de pruebas diagnósticas posteriores. 


Figura 1. Mucocele de vesícula biliar

Crea una cuenta o inicia sesión para leer todo el contenido, ¡es gratis!