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Volumen 9, número 5
Abr / May 2015 . vol. 9 / núm. 5

Pruebas prácticas de función gastrointestinal para veterinarios

Estas pruebas pueden ayudarle a reducir sus diagnósticos diferenciales veterinarios para enteropatías crónicas.

Por Albert E. Jergens, DVM, PhD, DACVIM

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Estas pruebas pueden ayudarle a reducir sus diagnósticos diferenciales veterinarios para enteropatías crónicas.



Albert E. Jergens, DVM, PhD, DACVIM

Las enteropatías crónicas son comunes en perros y gatos, e incluyen reacciones adversas a comida, enfermedad intestinal inflamatoria idiopática (EII) y diarrea que responde a los antibióticos. Mientras que los diagnósticos definitivos a menudo requieren de una colección de muestras de biopsia de la mucosa para evaluación histopatológica, las pruebas de laboratorio no invasivas son útiles en diagnosticar estos trastornos y monitorear el tratamiento.

Pruebas para función y enfermedad de intestino delgado
Cobalamina
El mecanismo fisiológico de la cobalamina (vitamina B12) es complejo y requiere de un aparato digestivo funcional. Los principales trastornos que interfieren con la captación de cobalamina incluyen insuficiencia pancreática exócrina, enfermedad de intestino delgado distal o difusa, y uso bacteriano excesivo de cobalamina relacionado con disbiosis bacteriana.


Se observa más a menudo hipocobalaminemia con enfermedad intestinal severa y de tiempo prolongado (EII, linfoma o enteritis micótica) afectando al intestino delgado. La determinación de las concentraciones séricas de cobalamina en animales con enteropatías crónicas es importante, ya que la falla en reconocer esta deficiencia puede resultar en retardo en la recuperación clínica.

De manera importante, se han observado que las concentraciones séricas bajas de cobalamina representan mayor riesgo para un resultado negativo en perros con enteropatías crónicas incluyendo EII y enteropatía con pérdida de proteínas (EPP).1 En caso de que se detecten bajas concentraciones, se administran de manera típica las dosis apropiadas de cianocobalamina de modo subcutáneo una vez a la semana, volviendo a valorar las concentraciones séricas a intervalos de 4 a 6 semanas.

Folato
Esta vitamina hidrosoluble (vitamina B9) es abundante en las dietas de caninos y felinos, lo cual hace poco probable la deficiencia nutricional. Las concentraciones de folato se determinan de manera típica junto con las de cobalamina y pueden proporcionar información indicativa de la disbiosis del intestino delgado o enfermedad de la mucosa del intestino delgado proximal. Nótese que las concentraciones séricas de folato pueden estar influenciadas por la producción bacteriana de folato y es, por lo tanto, un indicador menos sensible de enfermedad en el intestino delgado que la cobalamina.2

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