Contáctanos Síguenos Veterinary Medicine Instagram
Suscríbete
Volumen 10, número 3
Feb / Mar 2016 . vol. 10 / núm. 3

Cinco maneras de comenzar con una clínica sin temor

Este hospital de Toronto tiene clientes que solicitan un enfoque de bajo estrés para la atención veterinaria.

Por Jessica Vogelsang, DVM

ARTÍCULO

Este hospital de Toronto tiene clientes que solicitan un enfoque de bajo estrés para la atención veterinaria.

Jessica Vogelsang, DVM


En un clima económico incierto, cuando las visitas veterinarias disminuyen, el Willowdale Animal Hospital en Toronto goza de un éxito sin precedentes. Los clientes están delirantes, la moral del personal se encuentra en su punto más alto que nunca y el negocio está en auge. En vez de adular y suplicarles a los clientes para que traigan a sus mascotas, Jonathan Bloom, DVM, los tiene formados y con sonrisas en sus rostros. Muchas clínicas con personal y medicinas excelentes se truenan los dedos en estos días, pero la clínica de Bloom tiene un ingrediente secreto: practica el concepto de clínica sin temor, que también usted debería practicar.

“Empecé hace siete u ocho años”, dice Bloom. “Inicié por los rayos X. Miré a mi personal y me di cuenta de que tenían que hacer muchas tomas para obtener dos imágenes buenas”.

Estudio, pensando en cómo podría mejorar su eficiencia. “Comprendí que a los perros y gatos no les gusta que les tomen radiografías. No hay nada de natural en un cuarto oscuro, sobre una mesa dura y fría, con sus extremidades abiertas en cuatro direcciones distintas y personas enguantadas que usan mandiles y collares”. Decidió probar con un enfoque diferente.

Bloom aplicó una política de que no debía sujetarse a ninguna mascota para radiografías. “Se encuentran tan enfermos que no se mueven o tendrán que ser sedados”, comenta. Los resultados fueron inmediatos. “No hubo tomas adicionales, las mascotas no se estresaban y fue mejor para el personal, quienes reducían su exposición a la radiación mientras que eran más eficientes.

Satisfecho con los resultados y las respuestas de los propietarios, Bloom emitió su siguiente decreto: “No les den informes a los propietarios por teléfono desde la unidad de cuidados intensivos. Nadie desea escuchar cómo se quejan los gatos”. Casi una hora después, Bloom reflexionó en lo que acababa de decir y comprendió que no era lo debido. “En primer lugar no debemos permitir que las mascotas tengan ese malestar”, mencionó.

Crea una cuenta o inicia sesión para leer todo el contenido, ¡es gratis!