Piometra canina Reconocimiento y diagnóstico tempranos
A pesar de que este trastorno uterino afecta de manera típica a perras adultas puede desarrollarse en perras intactas de cualquier edad. Debido a los signos clínicos inespecíficos puede pasarse por alto hasta que la presentación sea grave. Aquí está lo que usted necesita saber para identificar a la piometra, tan pronto como sea posible.
ARTÍCULO ARBITRADO
A pesar de que este trastorno uterino afecta de manera típica a perras adultas puede desarrollarse en perras intactas de cualquier edad. Debido a los signos clínicos inespecíficos puede pasarse por alto hasta que la presentación sea grave. Aquí está lo que usted necesita saber para identificar a la piometra, tan pronto como sea posible.
Brian Lucas Hamm, DVM, Jeff Dennis, DVM, DACVIM
La piometra canina es un trastorno infeccioso e inflamatorio del útero que se presenta de manera típica en perras adultas intactas, durante o inmediatamente después de la fase lútea del ciclo estral. Los signos clínicos de la piometra a menudo son inespecíficos y varían entre pacientes, dependiendo en cuanto a la cronicidad de la enfermedad y a la permeabilidad del conducto cervical. Para obtener un resultado con éxito es necesario el reconocimiento, el diagnóstico y el tratamiento tempranos de la piometra.
En este artículo revisamos la fisiopatología, rasgos principales, signos clínicos y métodos diagnósticos de la piometra canina. Y en el siguiente artículo resumimos las opciones de manejo quirúrgico y médico, disponibles para tratar este trastorno.
1. Radiografía abdominal lateral de una perra con piometra. El útero muy distendido puede visualizarse ocupando el abdomen medio y caudal. Resulta evidente el desplazamiento craneal y dorsal del intestino delgado.
PATOGÉNESIS
Los cambios fisiológicos responsables de predisponer al útero a piometra no se comprenden por completo. La vagina no es un ambiente estéril. Se han cultivado muchos tipos de bacterias a partir de la bóveda vaginal normal incluyendo Escherichia coli y especies de Staphylococcus, Streptococcus, Klebsiella, Pasteurella, Pseudomonas y Proteus.1-3 Estas mismas bacterias se cultivan de manera común a partir de úteros de pacientes con piometra,4-10 lo cual sugiere que las bacterias ascienden desde la bóveda vaginal de la perra como probable fuente de infección uterina en gran parte de las pacientes que desarrollan piometra.11 En un estudio de 10 perras con piometra, la bacteria aislada a partir del útero resultó similar desde el punto de vista genético a aquellas encontradas en los tractos gastrointestinales de las pacientes, demostrando que las bacterias dentro del propio cuerpo del paciente –y no bacterias exógenas- son responsables de la infección. Las infecciones primarias de vías urinarias y la diseminación hematógena de bacterias a partir de sitios no genitourinarios se han sugerido como fuentes menos usuales de infección, que las infecciones ascendentes desde la vagina.11,12
Sin embargo, la contaminación bacteriana del útero no parece ser responsable únicamente para el desarrollo de piometra. Las bacterias vaginales normalmente atravesarán el cuello uterino cuando se encuentra abierto (proestro y estro), aunque la piometra no se desarrolle de manera rutinaria.2 Otros factores uterinos se piensa que predisponen al útero a una infección progresiva.
Los estudios desarrollados durante la década de 1950 sugirieron que la hiperplasia endometrial quística era un requisito para el desarrollo de piometra en una perra.6,13 La hiperplasia endometrial quística se desarrolla en gran parte de las perras intactas conforme envejecen. Está ocasionada por la exposición recurrente crónica del recubrimiento endometrial a la progesterona producida por el cuerpo lúteo durante el diestro. Uniéndose a los receptores uterinos, la progesterona induce la proliferación de las glándulas endometriales, estimula las secreciones de las glándulas endometriales, reduce la contractibilidad del miometro e induce el cierre del cuello uterino.7 También se ha demostrado que la progesterona interfiere con la función inmunitaria dentro del útero, aumentando probablemente su susceptibilidad a las infecciones bacterianas.14,15 Los efectos de la progesterona en el endometrio son acumulativos de ciclo reproductivo a ciclo reproductivo.16
Los estudios sugieren que una acumulación de secreciones uterinas, criptas glandulares endometriales sobresalientes e inmunosupresión, ocasionada por estimulación de la progesterona durante el diestro a partir de la proliferación bacteriana, hacen que el útero sea un ambiente ideal para la proliferación bacteriana que conduce a piometra.6 Este trastorno se ha denominado de manera subsecuente el complejo hiperplasia quística endometrial -piometra.6,17