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Volumen 6, número 1
Ago / Sep 2011 . vol. 6 / núm. 1

Evaluación de la enfermedad renal mediante laboratorio

Los resultados de la evaluación rutinaria de sangre y orina pueden revelar indicadores tempranos de enfermedad renal. Conociéndolos para estar pendiente y ayudarle a intervenir antes que ocurra este daño que pone en riesgo la vida.

Por Cathy E. Langston, DVM, DACVIM

ARTÍCULO ARBITRADO



Michael Geist, DVM, DACVIM, Cathy E. Langston, DVM, DACVIM

Los resultados de la evaluación rutinaria de sangre y orina pueden revelar indicadores tempranos de enfermedad renal. Conociéndolos para  estar pendiente y ayudarle a intervenir antes que ocurra este daño que pone en riesgo la vida.

La enfermedad renal se define como la presencia de anormalidades estructurales o funcionales en uno o ambos riñones (Figura 1). Se reconoce, ya sea por menor función renal o daño renal.1 En perros y gatos, la pérdida de dos terceras partes o más de las nefronas funcionales se relaciona con pérdida de la capacidad adecuada de concentrar orina, mientras que la pérdida de tres cuartas partes o más de las nefronas funcionales resulta en azotemia.
Este artículo se centra en los hallazgos del perfil químico sérico, hematocrito y urianálisis que indican enfermedad renal. Interpretar con certeza estos hallazgos le ayudará a establecer un diagnóstico y plan terapéutico eficaces, así como brindar un pronóstico.

AZOTEMIA
La azotemia se define como la concentración anormal de urea, creatinina y otras sustancias nitrogenadas no proteínicas en sangre, plasma o suero; además puede relacionarse con causas fundamentalmente diferentes. Debido a que los compuestos nitrogenados no proteínicos (incluyendo a la urea y a la creatinina) son sustancias endógenas, las concentraciones séricas elevadas anormalmente pueden ser ocasionadas por un aumento en la tasa de producción (por el hígado para urea; por los músculos para la creatinina) o por una tasa de depuración reducida (principalmente por los riñones).1
No deberá utilizarse azotemia, como sinónimo de enfermedad renal, puesto que puede ser ocasionada por anormalidades en el tracto urinario bajo u otros factores no renales, mientras que la enfermedad renal puede presentarse en ausencia de azotemia. Aunque las concentraciones de nitrógeno ureico sanguíneo (BUN, por sus siglas en inglés) y creatinina se utilizan como índices crudos del índice de filtración glomerular (IFG), la interpretación de estos parámetros depende del reconocimiento y evaluación de aquellos factores prerrenales, renales primarios y postrenales que pueden reducir el IFG.

Creatinina
La creatinina es un producto de la degradación no enzimática de la fosfocreatina en el músculo y la producción diaria de creatinina se encuentra determinada en mucho por la masa muscular individual. En perros y gatos, la excreción de creatinina se logra casi en exclusiva mediante filtración glomerular y la concentración de creatinina se relaciona de manera inversa con el IFG.2
Una concentración sérica de creatinina es la medida de la intensidad de la disfunción renal, que más se usa, y que es la base para clasificar la enfermedad renal crónica (ERC) (Cuadro 1). Para una clasificación óptima de la ERC, se deben evaluar las concentraciones séricas de creatinina en dos o más ocasiones, cuando el paciente se encuentre bien hidratado.

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