Identificación de sepsis en gatos: nuevos criterios
El diagnóstico de sepsis es más específico, pues hay nuevos criterios. Sin embargo, gran parte de los estudios han evaluado a personas. Descubra cómo estos nuevos criterios se relacionan con los gatos y cómo tratar a los gatos sépticos una vez que los ha identificado.
Artículo arbitrado
El diagnóstico de sepsis es más específico, pues hay nuevos criterios. Sin embargo, gran parte de los estudios han evaluado a personas. Descubra cómo estos nuevos criterios se relacionan con los gatos y cómo tratar a los gatos sépticos una vez que los ha identificado.
Cynthia M. Otto, DVM, PhD, DACVECC y Merilee Costello, DVM, DACVECC
Se desconoce la incidencia de sepsis en gatos debido en parte a que la sepsis puede ser desafiante para diagnosticarse en gatos. La sepsis deberá considerarse como una causa potencial de enfermedad en gatos gravemente enfermos, ya sea que se presenten en una situación de urgencia o estén recibiendo atención médica. El diagnóstico de sepsis en gatos depende de mantener un alto índice de sospecha y de reconocer los factores de riesgo y las características únicas de la respuesta de los gatos a la sepsis. Este artículo aplica el reciente esquema de clasificación de sepsis PIRO,1 para diagnosticar sepsis en gatos.
DEFINICIÓN DE SEPSIS Y FIRF
En la conferencia de consenso de la American College of Chest Physicians/Society of Critical Care Medicine en 19912, se definió a la sepsis como evidencia de infección, además de un cuadro clínico de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS)-definiendo al SRIS como la presencia de dos de los siguientes criterios clínicos: taquicardia, taquipnea, fiebre o hipotermia, y leucocitosis o leucopenia.
La sepsis severa es la sepsis con evidencia de disfunción orgánica e hipotensión o hipoperfusión. Por su parte, el choque aséptico es una sepsis grave con hipotensión refractaria.
LIMITACIONES DEL SRIS
Casi cualquier paciente que ingresa a la sala de urgencias llenará por lo menos dos de los criterios SRIS. Debido a su falta de especificidad, la definición de SRIS deja mucho que desear, tanto en las aplicaciones en humanos como en medicina veterinaria (Cuadro 1). En los criterios SIRS publicados recomendados para perros, la sensibilidad varía en 77 a 97%, en tanto que la especificidad se encuentra entre 64 y 77%3. En gatos no se ha desarrollado tal estudio.
PIRO
En 2001, hubo una segunda conferencia de consenso de médicos1, que expandió los criterios para el SIRS al recomendar la inclusión de parámetros físicos y de biomarcadores (factores en sangre o muestras biológicas medibles, que pueden utilizarse para identificar o clasificar la enfermedad). Muchos de los parámetros y algunos de los biomarcadores también pueden probar ser útiles en especies veterinarias. El enfoque más reciente designado como PIRO incorpora cuatro factores en la estratificación.
- Predisposición. Aunque varios factores pueden influir en la susceptibilidad o enfermedad, los factores genéticos predisponentes son un tema de investigación activa en personas. En tanto que se ha reconocido por largo tiempo que ciertas razas de perros o gatos, o familias humanas, pueden encontrarse más susceptibles a enfermedades que otras razas o familias, las variaciones genéticas individuales o polimorfismos parecen contribuir, además a la susceptibilidad de la enfermedad. Otros factores predisponentes pueden ser edad, enfermedades concomitantes y sexo.
- Infección. Desde el punto de vista clínico, nosotros reconocemos que ciertas bacterias, ubicación de la infección, o grado o extensión de la infección contribuyen al riesgo de desarrollar sepsis o al choque séptico.
- Respuesta del huésped. Nuestra incapacidad para identificar con rapidez y monitorear a los biomarcadores es la limitación más grande para este elemento del esquema de estratificación. Sin embargo, si podemos determinar si un gato se encuentra en un estado excesivamente proinflamatorio, en comparación con parálisis inmunológica, o tiene evidencia de disfunciones suprarrenal o de coagulación, tendremos mejor capacidad para elegir las intervenciones apropiadas y dirigidas.
- Disfunción orgánica. La extensión de la disfunción orgánica influirá de manera negativa el resultado, aún más en gatos que en personas.