Medicamentos y suplementos: Trabajando juntos para controlar el dolor en veterinaria
Cuando sus pacientes están sufriendo verdaderamente, un enfoque integral no será suficiente. La mejor manera de aliviar el dolor y la incomodidad es a través de una combinación de modalidades, incluyendo medicamentos y suplementos.
MEDICINA
Cuando sus pacientes están sufriendo verdaderamente, un enfoque integral no será suficiente. La mejor manera de aliviar el dolor y la incomodidad es a través de una combinación de modalidades, incluyendo medicamentos y suplementos.
Por BS, LVT, VTS (Anestesia, analgesia), Heather Carter
En la actualidad, el manejo apropiado del dolor en pacientes veterinarios se extiende más allá del uso de opioides mu puros o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Una variedad de analgésicos y suplementos brindan al equipo veterinario innumerables opciones para aliviar el dolor tanto agudo como crónico. Este artículo describe algunos de los analgésicos y suplementos comúnmente utilizados para el manejo del dolor en animales de compañía.
El dolor es una función del sistema nervioso. Es único para cada paciente y puede presentarse como una respuesta cognitiva o emocional a la nocicepción que ocurre en los centros superiores del sistema nervioso central. Intentar controlar el dolor de la misma manera para todos los pacientes puede resultar en una analgesia inadecuada para algunos.
Uno de los efectos negativos del dolor no tratado es el efecto sensibilizción1. Si no se trata, el dolor causa cambios neurofisiológicos en el cerebro al interrumpir las vías normales del dolor.2 Esta sensibilización central, ocurre después de que las neuronas en el cerebro y la médula espinal se vuelven hiperexcitables, lo que lleva a cambios en los niveles de neurotransmisores sinápticos y dan como resultado estados de dolor intensificados o exagerados. A menudo, estos estados de dolor exagerado no responden bien a la terapia analgésica convencional.
Opciones farmacéuticas
Al evaluar las opciones de manejo del dolor, el primer paso es repensar los protocolos predeterminados. Dado que el dolor es una experiencia única para cada paciente, el tratamiento debe adaptarse a las necesidades de cada paciente. La identificación de las intervenciones adecuadas comienza con un examen físico y una evaluación exhaustivos. Una vez que se ha determinado e implementado el protocolo del dolor, se recomiendan exámenes repetidos para una evaluación continua y para garantizar que se estén usando los medicamentos y las dosis correctas.