
Diabetes felina y el microbioma intestinal
Los gatos se han convertido en un modelo no roedor de popularidad creciente para el estudio de la diabetes mellitus tipo II en humanos.
Natalie Stillwell, DVM
Los gatos se han convertido en un modelo no roedor de popularidad creciente para el estudio de la diabetes mellitus tipo II en humanos. La diabetes mellitus tipo II felina y humana comparten varias similitudes clínicas y fisiológicas: ambas enfermedades tienden a desarrollarse en la edad media, se relacionan con obesidad y resistencia a la insulina, e influyen en la pérdida de células beta en el páncreas. Sin embargo, varios de los mecanismos subyacentes para la resistencia a la insulina y el desarrollo de la diabetes mellitus permanecen sin dilucidar.
En un estudio reciente, los investigadores en la University of Copenhagen en Dinamarca exploraron una relación posible entre el desarrollo de la diabetes mellitus felina y el microbioma.1
Los estudios previos sugieren que los pacientes humanos con diabetes mellitus tipo II poseen poblaciones bacterianas intestinales alteradas de manera importante, en comparación con aquellos individuos sanos. En específico, los pacientes diabéticos tienen poblaciones menores de las bacterias intestinales responsables de producir butirato, un constituyente importante en las funciones metabólicas e inmunológicas. La falta en butirato puede ser un componente clave en el desarrollo de la resistencia a la insulina.
Qué hicieron
Los investigadores utilizaron técnicas de secuencia genética, con el fin de comparar poblaciones microbianas fecales en gatos sanos y en gatos diabéticos. Ellos reclutaron a 82 gatos con propietario para el estudio, incluyendo gatos sanos y gatos con diagnóstico de diabetes mellitus. Todos los animales tenían seis años de edad por lo menos, gran parte vivía en interiores y no había recibido ningún medicamento que pudiera alterar de manera potencial las poblaciones bacterianas intestinales, tales como antibióticos, prebióticos o probióticos.