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Volumen 12, número 2
Dic / Ene 2018 . vol. 12 / núm. 2

Asociarse con un entrenador es pan comido

No les dé a sus clientes tarjetas de presentación de entrenadores que usted nunca ha conocido y de los cuales no sabe algo. Haga equipo con un entrenador para mejorar la salud de sus pacientes.

Por Mikkel Becker, CBCC-KA, CPDT-KA, CDBC, CTC, KPA

No les dé a sus clientes tarjetas de presentación de entrenadores que usted nunca ha conocido y de los cuales no sabe algo. Haga equipo con un entrenador para mejorar la salud de sus pacientes.

A pesar de que varios estudios han demostrado una relación entre la conducta y la salud del perro (y entre la conducta de la mascota y el abandono de mascotas por parte del propietario), muchos profesionales veterinarios no brincan de alegría al pensar en las interconsultas de conducta (¿no nos cree? verifique los datos de la página 11).
Si la conducta no es su fuerte, o si usted desea llevar los servicios de conducta al siguiente nivel en su consultorio, intente unir fuerzas con un entrenador local. Por lo menos investigue bastante bien a un entrenador para hacer interconsultas confiables. Tal entrenador, puede referirle a su vez clientes a usted. Pero, con tantos entrenadores, ¿Cómo elige usted a un socio?

Busque en el modelo de entrenamiento del entrenador, dice el instructor de CVC Mikkel Becker, CBCC-KA, CPDT-KA, CDBC, CTC, KPA. Un modelo que a Becker en verdad le gusta es la Jerarquía humana, la cual la desarrolló la profesora Susan Friedman, PhD, en la Utah State University. La Jerarquía humana incorpora la experiencia de entrenadores y de profesionales veterinarios.

En vez de ir directamente al castigo, la Jerarquía cita varias diferentes maneras de abordar una conducta negativa antes de manejar un castigo. Estos pasos toman en cuenta la salud de la mascota, así como el ambiente y tienen un enfoque holístico a la conducta.

El primer paso es ver la salud y la nutrición. Esta es una de las ocasiones en que el entrenador podría enviarle la mascota a usted, el profesional en salud veterinaria. El segundo paso tiene que ver con el ambiente (por ejemplo, ¿tiene bastante ejercicio la mascota, así como enriquecimiento?), y el tercer paso es un reforzamiento positivo.

“Entonces nosotros (hablándoles a los entrenadores) podemos darles una conducta de reemplazo” dice Becker. “Así que, por ejemplo, tenemos un animal que brinca. En lugar de castigar a la mascota por brincar, lo que podríamos hacer es recompensarlo cuando permanezca sentado.

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