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Volumen 12, número 1
Oct / Nov 2017 . vol. 12 / núm. 1

¿Está acabado el examen físico?

En nuestro mundo 24/7 de tecnologías peleando por su atención, aquí están los pensamientos de uno de sus colegas para desacelerar en la perspectiva sin paralelo

Por David Robbins, Dr.



En nuestro mundo 24/7 de tecnologías peleando por su atención, aquí están los pensamientos de uno de sus colegas para desacelerar en la perspectiva sin paralelo

Nota del editor:
En 2008, el Dr. Robbins escribió un artículo para Veterinary Medicine acerca del arte del examen físico en la práctica veterinaria, nueva tecnología que hace que el tiempo real de contacto con el paciente sea rápido en el mejor de los casos, su desenfásis en la facultad veterinaria y más. Han pasado nueve años y la tecnología continúa disminuyendo la importancia del examen físico en comparación con otras formas de pruebas, dejando a la valoración general para un examen de bienestar. Pensamos que es tiempo de visitar de nuevo este punto de contacto y preguntarle al Dr. Robbins por sus pensamientos.

Conforme la medicina continúa evolucionando, nos enfrentamos con tecnología que no desafía solamente las maneras tradicionales con que diagnosticamos enfermedades, sino también cómo interactuamos con los pacientes. En una era de rápido crecimiento tecnológico es sencillo para los clínicos confiar en pruebas de laboratorio y modalidades diagnósticas avanzadas que se encuentran disponibles ampliamente y que prometen otras perspectivas hacia los procesos de enfermedad.

Sin embargo, con la sobredependencia en la tecnología, viene la posibilidad de devaluar el examen físico. Un ejemplo de esto se encuentra en la telemedicina. Aunque la telemedicina la da la oportunidad al clínico de las consultas remotas, tiene el potencial de eliminar el desempeño de un examen físico. Al abandonar por completo al examen físico al paciente, los clínicos pueden maldiagnosticar y manejar mal los casos.

Aunque las nuevas tecnologías les permiten a los veterinarios explorar partes del cuerpo que no podrían explorar de otra manera, no consiguen el panorama completo. La tecnología no puede sentir cuando un abdomen es blando o discernir pistas acerca de cómo se siente un paciente a partir de la mirada en su cara. La tecnología deberá verse como una extensión del examen físico en vez de su reemplazo.

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