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¿Aumenta la atopia en gatos?
La dermatóloga, Dra. Alice Jeromin observa más casos, ¿Y usted? Asegúrese de que usted no falle un diagnóstico con esta breve guía–incluyendo ayuda para persuadir a sus clientes a través de este (a menudo prolongado) proceso.
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Aunque se informa que la incidencia de la atopia en gatos es de 16% en estudios pasados llevados a cabo en la Cornell University y en la University of Georgia, durante los años pasados he observado en mi consultorio un incremento en la cantidad de gatos con este trastorno.
La atopia se define como una respuesta exagerada de la IgE y heredada a antígenos inhalados o absorbido de manera percutánea. La IgE se une a los mastocitos y en una reexposición al antígeno, hay una cruzamiento ligado, ocasionando que las células cebadas se desgranulen. La liberación de otros productos inflamatorios consistentes en histamina, leucotrienos y prostaglandinas da cuenta de los signos clínicos. La barrera epidérmica participa también en el establecimiento de la atopia en el paciente. Los gatos atópicos poseen más linfocitos T CD4+ en la piel lesionada, lo que apoya la función de la inmunidad mediada por linfocitos T cooperadores tipo 2 (Th2) en la atopia felina (similar a la de perros y personas).
A diferencia de los perros, la edad de inicio en gatos es muy variable, desde los seis meses hasta los 14 años. La raza Devon Rex pudiera ser la más predispuesta, pero no hay raza definitiva o predilección de sexo. Sin embargo, en nuestra clínica tendemos a ver atopia en gatos que contienen color naranja, tales como el tabby, calicó y concha de tortuga.
No hay un patrón definido en gatos, tal como sucede en los perros, pero el rostro, pies, perineo pueden encontrarse afectados (Fotografías 1-3). Al examen físico, los gatos atópicos pueden mostrar alopecia autoinducida, dermatitis miliar, lesiones del complejo granuloma linfocítico eosinofílico, dermatitis exfoliativa, acné en el mentón con o sin otitis por Malassezia, seborrea, eosinofilia o linfoadenopatía.
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