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Volumen 9, número 3
Dic / Ene 2015 . vol. 9 / núm. 3

Pancreatitis canina: percepción de un internista

Un resumen diagnóstico y tratamiento de la pancreatitis en perros

Por Michael Willard, DVM, MS, DACVIM

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Todos sabemos qué tan difícil es diagnosticar y tratar la pancreatitis canina. En su plática “Pancreatitis canina: Esto no es un caso típico”, Michael Willard, DVM, MS, DACVIM compartió su experiencia en el manejo de estos casos.

Diagnóstico
Mientras que la historia clínica y el examen físico resultan críticos para la valoración del paciente, su utilidad en estos casos tiene que ver más con buscar y descartar enfermedades, que pueden semejarse a la pancreatitis. Los datos reunidos a partir de una base de datos mínimo (conteo sanguíneo completo, perfil químico sérico y urianálisis) también puede ayudar. El Dr. Willard resaltó que a diferencia de antes, ahora sabemos que las actividades de la amilasa y de la lipasa no constituyen marcadores confiables de pancreatitis. La hiperlipidemia no es un hallazgo común, pero si se observa en un paciente con un inicio agudo de vómito y diarrea, la pancreatitis deberá estar arriba en la lista de diagnósticos diferenciales.

De acuerdo con el Dr. Willard la inmunorreactividad similar a tripsina (IST) no es un indicador muy sensible de la inflamación pancreática, pero puede apoyar este diagnóstico si se encuentra elevada. La inmunorreactividad de la lipasa pancreática canina (cPLI), por otro lado, es muy sensible (85 a 90%), pero su especificidad se ha cuestionado. Aun un pequeño foco de inflamación en el páncreas, tal vez sin importancia clínica, puede ocasionar un resultado positivo.

La mejor aplicación de cPLI es en descartar pancreatitis si los resultados son negativos.

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