
Urgencias cardiológicas
Quien esté familiarizado con las urgencias cardiacas podrá responder de manera rápida y apropiada, con el fin de minimizar el sufrimiento y tener la mejor oportunidad de tratar con éxito al paciente.
ARTÍCULO
Kristin Hohnadel, CVT, VTS (cardiology)
Quien esté familiarizado con las urgencias cardiacas podrá responder de manera rápida y apropiada, con el fin de minimizar el sufrimiento y tener la mejor oportunidad de tratar con éxito al paciente.
Una de las urgencias cardiacas veterinarias más usuales es la insuficiencia respiratoria a causa de insuficiencia cardiaca congestiva (ICC). Estos pacientes pueden variar en su estabilidad, desde cambios leves hasta colapso y paro cardiacos. El truco para atender a estos pacientes es ser capaz de llevar a cabo las pruebas diagnósticas sin estresar al paciente innecesariamente, así como saber cuándo abandonar las pruebas diagnósticas a favor del tratamiento. Por ejemplo, los gatos con insuficiencia respiratoria pueden constituir un riesgo para quienes los manejen, así como clínicamente frágiles. Puede ser difícil manejarlos para aplicarles las pruebas diagnósticas e intentar la toma de radiografías puede llevarlos muy lejos. En caso de que la ICC se manifieste como derrame pleural, el líquido puede drenarse, estabilizando así al paciente y dándole seguridad para su manejo para las pruebas diagnósticas.
Lo ideal es que se tomen las radiografías, pero en caso de que la ICC se deba a edema pulmonar, la primera línea de tratamiento es la administración de furosemida. Cuando este fármaco se aplica intravenosamente actúa de modo más rápido, que si se administrara por las vías intramuscular o subcutánea, pero si el paciente no se encuentra estable, tal vez no sea posible colocar un catéter IV o aplicar una inyección IV. Los pacientes en insuficiencia respiratoria también pueden beneficiarse de la sedación, pues pueden estar agitados o ansiosos en exceso. La sedación deberá llevarse a cabo con precaución. Asimismo puede aplicarse ungüento de nitroglicerina en la parte interna de una oreja para facilitar la vasodilatación. La nitroglicerina deberá aplicarse con un guante, así como marcar la oreja, de manera que quienes manejen al paciente no toquen la zona con la mano desprotegida, ya que también ocasiona vasodilatación cuando se aplica a la piel de humanos. En caso de que el propietario visite a la mascota, también deberá advertírsele de la nitroglicerina. En el tratamiento de la ICC otros medicamentos pueden emplearse, peor demandan mayor monitoreo intensivo, así como de acceso IV. Por ejemplo, la dobutamina aumenta el gasto cardiaco, sobre todo en pacientes con fibrilación atrial. El nitroprusiato es un reductor potente de la poscarga, lo cual disminuye la carga en el corazón, pero también reduce la presión sanguínea de modo drástico, la cual debe monitorearse cuidadosamente.
Técnicas de tratamiento más avanzadas comprenden el uso de ventilación mecánica en un ámbito de unidad de cuidados intensivos (UCI) con monitoreo crítico. Esto requiere de modo evidente a un propietario muy dedicado; veterinario, con frecuencia un especialista en cuidados críticos y personal experimentado. Los pacientes con insuficiencia respiratoria pueden experimentar fatiga respiratoria y la ventilación mecánica bajo la anestesia puede ayudarles hasta que respiren de nuevo. La elección de ventilar no se hace a la ligera, puesto que necesita de un compromiso financiero importante por parte del propietario y un monitoreo avanzado a cargo del personal de la UCI.